El pasado 16 de enero miembros de
la Asociación Calblanque instalamos las cajas nido construidas por los
voluntarios durante el “Mes del Búho” (
más información) que tuvo lugar en noviembre en el Centro de Visitantes Las
Salinas de San Pedro del Pinatar. Este invierno tan atípico nos hacía temer que
algunas especies comenzasen la reproducción antes de lo habitual, por lo que no
queríamos demorarnos en la colocación de las cajas nido para que puedan ser
utilizadas esta misma temporada de cría. Las cajas nido han sido
instaladas en diversos enclaves de las sierras y llanuras periféricas a la
laguna del Mar Menor.
Caja nido de lechuza colocada en
una instalación abandonada. Fotografía: Francisco Alberto García Castellanos.
Uno los lugares escogidos para
colocar una caja nido de lechuza (Tyto
alba) había sido utilizado durante bastante tiempo por el cernícalo (Falco tinnunculus) como posadero o
refugio, de manera que multitud de huesos de aves y pequeños roedores se
amontonaban bajo las perchas preferidas por los pequeños falcónidos. Tuvimos la
suerte de encontrar una anilla con remite del BRITISH MUSEUM-LONDON de un
pequeño pájaro (lo sabemos por el tamaño de la anilla) que habría sido presa
del cernícalo. El Grupo de Anillamiento de ANSE ha comunicado a la oficina de
anillamiento la recuperación de la anilla para que se nos informe de qué
especie se trata y cuál es su procedencia.
Anilla extranjera encontrada en
un posadero de cernícalo.
El autillo (Otus scops) es frecuente en masas forestales ligadas a campos de
cultivo, por lo que las cajas nido para esta especie se colocaron en algunos
pinares de las sierras litorales.
Caja nido de autillo colocada en un pino carrasco. Fotografía: José
Manuel Zamora.
Fran García instalando una de las
cajas de autillo. Fotografía: Francisco Alberto García Castellanos.
Para la última caja nido
de lechuza escogimos una construcción que, aparentemente, reunía muchos de los
requisitos para la presencia de la especie. Cuál fue nuestra sorpresa cuando
efectivamente, la instalación estaba ocupada por una lechuza común que la
utilizaba para descansar durante el día. La dama blanca debía llevar varios
meses utilizando este mismo sitio como refugio, ya que a los pies de su
posadero se amontaban decenas de egagrópilas. Aún así, no había indicio alguno
de que la lechuza hubiese utilizado este lugar para reproducirse. En primer
lugar, las egagrópilas y restos de presas se depositaban sólo bajo un listón de
madera que utilizaba como posadero. En segundo lugar, la construcción no
presentaba ningún agujero, oquedad o plataforma que pudiese resultar atractivo
y seguro para la reproducción de la especie. De esta manera, y con la
aprobación del propietario, decidimos colocar la última caja nido de lechuza
para ofrecer un lugar seguro y amplio donde, si así lo prefieren, puedan sacar
adelante a sus pollos.
José Manuel Zamora recogiendo egagrópilas para un estudio sobre la dieta
de la lechuza común. Fotografía: Francisco Alberto García Castellanos.
Ojalá estos nuevos refugios
sirvan de ayuda para frenar la regresión de estas grandes aliadas de la
agricultura en el Campo de Cartagena. Fotografía: Francisco Alberto García
Castellanos.
Esperaremos con entusiasmo la
llegada de la primavera!!